El cable RS-485 debe ser siempre par trenzado apantallado, con impedancia nominal adecuada (típicamente 120 Ω). Se recomienda solicitar al proveedor de materiales la ficha técnica del cable para comprobar su idoneidad.
La longitud máxima de un segmento RS-485 depende de la velocidad: puede alcanzar hasta 1200 m a 9600 baudios y se reduce aproximadamente a 300 m a 38400 baudios. Para asegurar una comunicación estable, es recomendable utilizar cables con baja capacitancia (< 60 pF/m) y diseñados específicamente para RS-485, como el Belden 9842.
Aunque a menudo se hable de un “sistema de dos hilos”, lo ideal es emplear tres conductores: un par para los datos (A+ y B–) y un conductor adicional para G0, que actúa como referencia común de tierra. Este G0 sólido ayuda a igualar el potencial eléctrico entre equipos y evita problemas derivados de diferencias de referencia.